Tiene un formato de 1920x1080 y una duración de 1:43 minutos, aunque la obra está diseñada de manera que no tiene un principio ni un fin y carece de aspectos narrativos, por lo que se puede ver en bucle.
La pantalla está dividida en dos partes. En la mitad izquierda se ve un reloj durante toda la longitud del vídeo, mientras que en el panel derecho se suceden una serie de cinemagraphs que documentan mo- mentos de un día normal.
La obra pretende hacer hincapié en todos esos momentos diarios que pasan desapercibidos en el transcurso de vidas que, normalmente, son demasiado ajetreadas y rápidas para fijarse en los pequeños detalles. Instantes corrientes invita a pararse. A pararse y mirar alrededor, a observar lo que nos rodea. Eleva a la categoría de arte esos momentos robados de un día normal y que todos vivimos alguna vez. Eleva, por lo tanto, a la categoría de arte nuestras vidas. No solo por la belleza que esconden algunos de esos momentos, sino también por lo que no hacemos con ellos: vivirlos. En el burbujeo de la vida, es normal tener la cabeza en otra parte cuando nos encontramos con este tipo de instantes. Pensamientos que nada tienen que ver con lo que estamos haciendo o lo que nos rodea. Instantes corrientes nos incita a volver a estar presentes y a volver a percibir lo que nuestros ojos están tan acostumbrados a ver que ya no ven.
Esta llamada de atención se consigue con la combinación del reloj y los cinemagraphs. El reloj alude al tiempo. A esos segundos que duran esos instantes que ignoramos. Está presente durante todo el vídeo, al igual que el tiempo está presente en la vida. Una vida hecha de pequeños grupos de segundos que, en su mayor parte, conforman escenas cotidianas como las presentadas: el movimiento de una flor por el viento, el olor del café recién hecho, el paseo por el parque bajo el sol, el sonido de las hojas pasando de un libro. El vídeo pretende transmitir sensaciones de calma, sosiego y relajación. Como ya he comentado, no tiene una narración, sino solo una sucesión de imágenes y sonidos. Para resaltar esta sucesión y la importancia de esos instantes, la técnica de los cinemagraphs parecía la idónea. El aspecto de quietud y calma y la manera en la que se resaltan ciertos mo- vimientos de una parte de la imagen en esta técnica eran la solución perfecta para lo que se quiere transmitir.
Los sonidos eran una parte fundamental del vídeo. He elegido sonidos que acompañen a los cinemagraphs presentados, y una música de fondo a piano.
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